Violencia
La violencia es un conjunto de conductas agresivas que sobrepasan los límites de la "normalidad" por poseer una gran capacidad de destrucción, perversión e intensidad; así mismo, son carecientes de justificación y tienen la justa intención de dañar al prójimo ya sea de manera física, moral o psicológica. En pocas palabras, la violencia es usar intencionalmente la fuerza y/o el abuso de poder para imponerse ante otras personas.
La violencia no solo consiste golpear, a veces las palabras lastiman más. |
Existen distintos tipos de violencia entre los que podemos encontrar la violencia emocional o psicológica, física, sexual, patrimonial o económica, fijo-parental y la violencia de género.
Causas:
Las principales causas son la falta de educación, la descontento social, la carencia de valores (como respeto, tolerancia y empatía), la ignorancia y la acumulación de tensión que el agresor puede obtener de sus frustraciones para después desquitarse con su víctima.
Así mismo, la violencia puede tomar lugar a causa del alcoholismo, la drogadicción y las malas influencias.
Consecuencias:
El encontrarse en un ambiente de constante agresión distorsiona los límites de tolerancia, integra un anestésico ante la violencia, disminuye y afecta notoriamente la conciencia crítica de percepción y el rechazo de esta misma.
Exponerse en ocasiones repetidas de violencia en cualquier magnitud puede también provocar baja autoestima, problemas psicológicos y trastornos alimenticios y de sueño; pero eso no es todo, la violencia física o sexual pueden generar lesiones graves, vulnerabilidad a enfermedades, embarazos no deseados e incluso la muerte por homicidio.
causa que las víctimas puedan ejercer violencia contra otras personas.
¿Cómo prevenirla o evitarla?
Para prevenirla es necesario alejarnos de personas dañinas o, en caso de que nosotros mismos seamos violentos, tratarlo con un experto. Pedir ayuda no es solo deber del agresor, sino también de la víctima. Lo fundamental en cualquier caso de violencia es reaccionar y tratar de salir de esa situación lo más pronto posible.
También podemos poner de nuestra parte en la enseñanza de los menores, es nuestro deber exponerles que la violencia nunca es buena y debemos mostrarles cómo actúa una buena persona en todo momento.
La primera opción para acabar con las agresiones es emplear el diálogo, aunque sabemos que con personas violentas casi no tiene resultado simplemente hablar.
No es bueno reaccionar a la violencia con más violencia, pero hay casos en los que aplicar un poco de fuerza para librarse del daño no es del todo malo.
Si nos damos cuenta de que nosotros somos los agresores, debemos tratar de disminuir los orígenes de nuestra violencia, ya sea meditando y analizando las situaciones, alejándonos de malas influencias y abandonando las adicciones.
Por último, pero no menos importante, todos podemos ayudar a las personas que se encuentren en un círculo violento; puede que a la primera no nos hagan caso, pero debemos esforzarnos por procurar el bien de la víctima y del mismo agresor.
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